Me imagino que para muchos mortales como Yo la época de los militares nos marco profundamente en cuanto al desarrollo como individuos toda vez que vimos pasar de largo cosas necesarias para crecer como personas normales y que se resaltan tanto en el día de hoy sobre todo con los movimientos sociales que se están desarrollando. Da coraje ver a los jóvenes manifestándose, y en general a cada grupo o agrupación que crea que sus derechos se están vulnerando o no son todo lo justos que debieran y que en definitiva ninguna de esas manifestaciones pude vivirlas en mi momento, no se podía hacer nada diferente a ir a trabajar y retornar a casa rogando no encontrarse con ninguna sorpresa desagradable. De tanto vivir reprimido y comprimido aparece el Señor Spencer Tunick con su propuesta de empiluchar a los chilenos, fue mi primer imaginarme de mandar todos los prejuicios a la chuña y concurrí sin imaginarme siquiera lo que ocurriría ni como me portaría, mi experiencia con mujeres desnudas se remonta exclusivamente a haber tenido encuentros del tercer tipo y por lo mismo no podía saber como reaccionaría el tener a tantas rodeándome, de más esta decir que fue una experiencia espectacular, me di cuenta realmente que el ver gente de todos los tipos y probablemente de géneros el estar desnudos los hacía a todos iguales y no hubo ningún tipo de prejuicio, incluso con “aquel” sobre el cual tenía algún tipo de duda en como iba a reaccionar, todo fantástico, tanto que desde ese minuto me dedique a indagar sobre el nudismo en Chile y descubrí el grupo de playa luna a raíz de una entrevista que salió en televisión de una conocida personaje y ahí me enganche con la página y comencé a participar en todo encuentro que organiza el grupo. La experiencia de la playa es espectacular, nada contable si no se está ahí, es la mejor prueba, concurrir y dejarse ser, tanta gente que en ese minuto se hace igual, es increíble el cambio que experimentan las personas, estar al aire libre con la música del mar de fondo es perfecta la comunión, tanto ajustar la camisa y el cinturón del pantalón para aminorar en algo esa guata asquerosa que se vislumbra tras la tela y en ese minuto en que está todo al aire se transforma en querer tu cuerpo y lo mejor que te das cuenta que a nadie le importa tu apariencia y capaz que ni siquiera si existes, todos disfrutan de una libertad inconmensurable y a concho, ya que seguramente para muchos durará sólo esa tarde y después deberán volver a la rutina diaria que avasalla cada día más.
A partir de ahí es tal el cambio que se produce en mi forma de sentir el cuerpo que es casi una necesidad el andar desnudo cada vez que puedo, incluido por cierto mi hogar, ya rogaría por una ley que permita caminar libremente por donde uno desee con ropa o sin ropa y que diera lo mismo………hummmm pa’l día del….
Playa luna es de otro planeta y ojala fueran más a lo largo de nuestras costas, ya llegará el tiempo en que se podrá disfrutar nuevamente su paisaje y suavidad, mientras tanto la añoramos y nos cargamos de ganas para cuando nos encontremos otra vez……
Playa Luna…..allá voyyyyyy
Juan Carlos U.